Cocacoleado

Vivimos en un mundo peligroso. Que duda cabe. Salir a la calle es hoy más riesgoso que hace 50 años. Subirse al metro en horario punta podría ser considerado como un acto de desprecio por la propia vida. Y lo hacemos igual. Pero ¿que pasaría si nos pusiéramos a sopesar cada minúsculo riesgo asociado a cada una de las cosas que hacemos todos los días? Lo más probable es que no nos moveríamos de la cama por temor. Pongámosle estadísticas. Te levantas por la mañana, agarras la toalla y vas al baño: la probabilidad de tener una caída fatal en la ducha es de 3.333 en 1. Mejor salgamos sin ducharnos y tomemos el metro (o el bus para no ir tan apretados…y no matar a la gente con nuestro olor matutino, producto del temor a tomar una ducha): la probabilidad de morir en un accidente en cualquier medio de transporte en el plazo de un año es de 87 a 1. Olvídense de la Bip, mejor caminar ¿o no?: la probabilidad de que te caiga un rayo es de 587.000 a 1. Y la de que te muerda un perro es de 117.000 a 1. Mejor nos quedamos en casa. Me gustaría verlos llamar al trabajo para avisar que no van a ir por que tienen miedo de morir desnucados en la ducha, aplastados en el metro o fritos por un rayo. Es bastante irracional ¿cierto? Sin embargo, hay un nuevo temor que se está tomando la vida de muchas personas: la quimiofobia. O sea, el miedo irracional a las sustancias químicas. 

Si me quedo en este rinconcito, seguro no me pasa nada...

La quimiofobia es un tipo bien especial de fobia: es contagiosa. Los ataques masivos de quimiofobia son producidos cuando una estadística de letalidad o cáncer del compuesto X en ratones se hace pública y se menciona que tal o cual producto de consumo humano contiene X. Esto pasó hace algunos días atrás con las bebidas Cola. Fue una muy comentada noticia: dos populares marcas de bebidas, Coca-Cola y Pepsi Cola, se verían obligadas a cambiar su muy secretísima y exitosa fórmula para evitar que el estado de California (la Tierra Santa de los quimiofóbicos) le pusiera una etiqueta que advirtiera acerca de la presencia de un compuesto cancerígeno. Los medios informaron entonces: «Tomar Coca-Cola pueda causar cáncer» y no faltará el acólito de Salfate que pensó que era un complot de la CIA para matarnos a todos lentamente de cáncer cocacolero.

En fin. Como la información está algo distorsionada, vamos por partes.

El Center for Science in the Public Interest (CSPI) solicitó a la FDA (el ente que vela por la seguridad alimenticia en Estados Unidos) que prohibiera dos colorantes presentes en las bebidas Cola y que le dan ese maravilloso color caramelo. Los colorantes color caramelo son muy populares y particularmente la industria de las bebidas (Cola, cervezas, whiskey, coñac y salsas, entre otras) da cuenta de 3 cuartas partes de la producción anual de color caramelo fabricado para la industria alimenticia. Existen 4 clases de color caramelo (I al IV) dependiendo de como se obtienen, ya sea sin aditivos o usando sulfitos, amonio o ambos. Los compuestos cuestionados son clasificados en la clase IV de los compuestos color caramelo y corresponden al 2-metil imidazol (2MI) y 4-metil imidazol (4MI).

Esto la saqué de una página llamada "paranoia". Que buen nombre.

El CSPI solicitó la prohibición de estos compuestos amparado por un estudio en el que durante 2 años se les administró a ratas dosis diarias de 40, 80 y 170 mg por kilo de peso corporal de estos compuestos. Al final de los dos años las ratas mostraron defectos en diferentes órganos internos (lo que tampoco es tan raro, pobres ratas). Usando estos antecedentes, el Estado de California ha decidido que la dosis NSRL (No Significant Risk Level, nivel de riesgo no significativo) de metil-imidazol es de 16 microgramos por día, en una persona que pesa 70 kilos durante 70 años. Y una lata de Coca-Cola contiene 130 microgramos de metil imidazol, es decir, 8 veces más que la dosis NSRL.

Lo interesante aquí es saber como se define “nivel de riesgo no significativo”. Este corresponde al consumo de una dosis que asegura que no habrá más de un caso en exceso de cáncer sobre una población de 100.000 personas expuestas al producto. Wow. Es decir, si durante 70 años 100.000 personas consumen 16 microgramos diarios de 2MI o 4MI y, digamos, 287 de ellas desarrollan algún tipo de cáncer, entonces sin consumir 2MI o 4MI serían los mismos 287 enfermos de cáncer…pero nunca 286. Ya que es caso menos sería el que provocó el consumo de 2MI o 4MI. Algo bastante complejo de medir.

Por otro lado, la dosis de 16 microgramos diarios corresponde a varios órdenes de magnitud menos que lo usado en los estudios con ratas, en los que la dosis más baja usada fue de 40 miligramos (40.000 microgramos). En efecto, 16 microgramos (la dosis NSRL) dividido por 70 kilos de peso corporal da como resultado 0,23 microgramos por kilo de peso, dosis 174.000 veces más baja que la más baja de la administrada a las ratas (40 miligramos por kilo de peso). Si usamos la dosis más baja del estudio hecho en ratas resulta que una persona de 70 kilos debe meterse dos mil ochocientos miligramos (casi tres gramos)  de metil imidazol al día para ver los efectos descritos ¿se acuerdan cuanto metil imidazol tenía una lata de Coca-Cola? 130 microgramos. Para llegar a los 2.800 miligramos tienen que tomarse 21.538 latas…¡¡¡AL DÍA!!! Claro que para eso deberían poder destinar 10 millones de pesos de su presupuesto diario al ítem Coca-Cola (a 500 pesos cada lata, pero comprándolas al por mayor puede que ahorren algo). De todas formas, todo un lujo; si eligiera contraer cáncer lo haría tomando sol, que es gratis (todavía). Y si tuvieran la plata para darse el lujo de morir de cáncer cocacolero, es probable que primero mueran debido a la disfunción renal que les causará beberse 7.500 litros diarios de Coca-Cola…aunque para eso deberían ir a vivir a algún planeta donde los días duren 718 horas, como Mercurio, asumiendo que se demoran 2 minutos en beber cada lata. O sea: si son millonarios, viven en Mercurio y son adictos a la Coca-Cola, preocúpense.  

Si bien la histeria colectiva se ha apoderado del mundo, creo que somos afortunados. Todavía (aparentemente) los quimiofóbicos no leen el muy citado trabajo de Bruce Ames [Dietary pesticides (99.99% all natural) Ames et al., Proc. Natl. Acad. Sci. USA 1990:87 7777-7781] que ya he comentado antes en este blog. En ese trabajo Ames advirtió, con algo de ironía, que el 99,99% de los pesticidas que un estadounidense promedio se come al día son de origen natural. Si el CSPI leyera ese trabajo tendríamos que etiquetar hasta las lechugas, que en dosis altas produjeron cáncer en ratas. 

Mi recomendación es siempre averiguar la fuente de la noticia y escarbar un poco para averiguar bien como funciona la cosa. Hoy por hoy es más probable morir desnucado en la ducha que de cáncer cocacolero. Y por cierto, la probabilidad de morir por cualquier causa es de 1 en 1, así que disfruten la vida. Me voy a hacer una piscola (cargadita al 2-metil imidazol).

PS1: esta entrada ha sido inspirada por este post.

PS2: esta entrada la terminé de escribir un sábado en la noche; eso explica la piscola. No vayan a pensar que me he tomado una piscola un lunes por la mañana…

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6 comentarios sobre “Cocacoleado

  1. jjajajajaa, q educativa su entrada xD, ahora entiendo el por qué del alboroto…de todas formas, no pensaba dejar de tomar coca cola…es como si quisiera dejar de comer pan tostado o asados para prevenir el cancer 😛 y eso…no va a pasar de ninguna forma xD.
    Saludos profe!

    PS1: soy la lore
    PS2: puede darse una vuelta x mi humilde blog…cargado de estrógenos, un poco de adolescencia, rabietas femeninas, etc xD

  2. Gabriel, hoy he descubierto tu blog y me parece fantástico, estoy leyendo con avidez todas las entradas y me parecen buenísimas.
    Pero en ésta en concreto hay un dato que me llama la atención, dices que «la probabilidad de morir en un accidente en cualquier medio de transporte en el plazo de un año es de 1 entre 87»
    Tal vez me esté engañando mi intuición, pero la probabilidad que das me parece demasiado alta en varios órdenes de magnitud. Por favor, puedes argumentarlo o señalar fuentes, (o circunstancialmente corregirlo si es un error)
    Muchas gracias por compartir tus conocimientos con nosotros, saludos cordiales desde España y muchos ánimos para continuar.

    1. Hola Albert, muchas gracias por leer y comentar. Respecto a tu pregunta, creo que hay que aclarar primero que 1 entre 87 no quiere decir que en el plazo de un año de cada 87 viajes en cualquier medio de transporte muera una persona, sino que se trata de 1/87 (0,0115). Estuve buscando la fuente de este dato y lamentablemente perdí su registro, pero recuerdo que la página de la que los obtuve hacía referencia a las estadísticas de la OMS. Saludos desde Chile.

      1. Gabriel perdona, soy un poco tozudo, pero tanto si la escribes 1/87 como 0,0115 me continua pareciendo una cifra altísima. Por ejemplo mira lo que dicen aquí:
        http://www.microsiervos.com/archivo/curiosidades/practicamente-inmortales.html
        y aquí:
        http://www.microsiervos.com/archivo/curiosidades/medio-transporte-seguro-avion.html
        Aunque habría que añadir a los coches y a los aviones los otros medios de transporte, dudo que se llegase a una cifra de tan alto riesgo como la que tu señalas. Un abrazo.

      2. Hola. He estado analizando los links que me envías y me parece que tiene razón. No puede dar con el sitio del que tomé el dato originalmente, pero evidentemente está mal o yo lo transcribí mal. Eso me pasa por no poner la fuente! Saludos y gracias por compartir esta información.

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